Hace ya un tiempo que este vídeo se hizo viral. En él, aparece Valentín Ferrero, un profesor universitario asociado, afirmando que ha dejado su trabajo para participar en un concurso de televisión. No, no es que se le haya subido la fama a la cabeza, simplemente ha sido pragmático y ha decidido prescindir de las 3+3 horas semanales que figuraban en su contrato y por las que cobraba unos 250€ mensuales para dedicarse a tiempo completo al programa, por el que, de momento, ya lleva ganados más de 1.
Presentación realizada junto a Fco. Javier Álvarez en el marco de las “ V Jornadas de Innovación Docente” organizadas por la Universidad San Jorge sobre nuestro trabajo realizado en la asignatura de 5º curso “Aula Abierta” y los aspectos innovadores de la misma, que pasan por incorporar el mundo laboral en el currículo educativo desde el principio de la asignatura, la enseñanza por proyectos y centrada en el alumno, la incorporación de juegos como recurso educativo para formentar la creatividad, la síntesis y la reflexión o mecanismos de auto-evaluación que hemos llamado “Business Angels”.
Ahora que algunos entendidos empiezan a hablar de las webs semánticas como la futura web 3.0, está en boca de muchos aplicar el concepto “2.0” a casi todo lo que podamos imaginar, aunque a veces (la mayoría) sea erróneamente debido al desconocimiento del verdadero significado del término. Existe consenso en que webs como Wikipedia, Delicious, Blogger, flickr o facebook podrían acuñarse bajo la etiqueta de web 2.0, ¿pero qué tienen en común todas ellas?
Hoy me gustaría explicar en qué he estado ocupado últimamente y que por tanto tiene parte de culpa de este silencio no deseado en el blog, la sección “experiencias de arquitectura” que puede verse en +arquitectura, una sección que nace de una inquietud personal como reacción a un fenómeno que vengo observando últimamente y que he denunciado no pocas veces (el post anterior es un claro ejemplo): la imagen que se tiene sobre la arquitectura y el papel del arquitecto es cada vez más estereotipada (incluso por compañeros de profesión) y, por tanto, alejada de la realidad, una realidad que, dicho sea de paso, está sometida a distintos factores que apuntan hacia un cambio profundo.