«Había una vez, tres hermanos cerditos que vivían en el bosque. Como el malvado lobo siempre los estaba persiguiendo para comérselos dijo un día el mayor:
– Tenemos que hacer una casa para protegernos de lobo. Así podremos escondernos dentro de ella cada vez que el lobo aparezca por aquí.»
Seguro que todos sabemos cómo continúa el cuento de los tres cerditos constructores. Es más, me atreveré a decir que, como buenos arquitectos orgullosos de nuestra profesión, muchos incluso lo habremos contado a hijos, sobrinos, hijos de amigos, hijos de vecinos… casi a modo de pseudo-proselitismo infantil.
A raiz del post en el que hablé sobre el Fairphone y todo el bombo y platillo que le he dado a mis amistades y conocidos, son varias las personas que me han preguntado (en persona, por correo o a través de redes sociales) acerca de él, así que en este post trataré de explicar mis impresiones personales.
La respuesta corta es que podría resumir estos 11 meses de propietario como una relación con sus más y sus menos, pero he de reconocer que la valoración global es bastante positiva y estoy convencido que el Fairphone es una alternativa a tener en cuenta para buena parte de públicos.
En unas horas estaré de camino a San Sebastián para asistir y participar en EQUIciuDAD 2012, un congreso organizado por el Vicerrectorado del Campus de Gipuzkoa de la UPV/EHU y comisariado por Sinergia Sostenible que, bajo el lema de "La equidad como garante de la ciudad sostenible" se centra en cinco ejes principales: Ciudad y nuevas tecnologías, Sostenibilidad, Territorio y paisaje, Identidad y rehabilitación urbana, y Editoriales, materiales y energía. Cada uno de estos ejes temáticos está planteado como una serie de comunicaciones que darán pie a una mesa redonda moderada por personalidades conocedoras de la materia como son, respectivamente, Manu Fernández, Verónica Sánchez (n'Undo), Mauro Gil-Fournier (SIC), Alejandro del Castillo (n'Undo) e Iñaki Alonso (Satt).
La historia de las cosas es un reportaje realizado por Annie Leonard que analiza y critica el proceso de producción y distribución de los productos así como de la sociedad de consumo. Vale la pena echarle un vistazo al vídeo así como a su página oficial para concienciarnos de los costes que tienen los productos que compramos, que van mucho más allá de los costes económicos, y sobretodo para tomar conciencia de la responsabilidad y poder que tenemos como consumidores.